El 24 de noviembre recaló la corbeta "Esmeralda"
a Tongoy en busca de informaciones del enemigo. Su Comandante,
el Capitán de Fragata Juan Williams Rebolledo supo que la
fragata "Blanca" estaba relevando en el bloqueo de Coquimbo a la
goleta "Virgen de Covadonga" y que esta última zarparía a
bloquear San Antonio.
Rápidamente cambió sus planes y zarpó al
sur para establecer una barrera entre Coquimbo y Valparaíso, a
la espera del paso de la "Virgen de Covadonga" o cualquier otro
transporte enemigo.
El adversario esperado fue avistado a las siete de la mañana del
día 26 Noviembre de 1865, frente a la rada de Papudo y la
"Esmeralda" se aproximó con bandera inglesa, sin mayor
dificultad. El Comandante de la goleta "Virgen de Covadonga",
Luis Fery la confundió con una de las corbetas inglesas
"Shearwater", "Colombina" o "Mutine", las tres muy parecidas
entre sí. Pero precaviendo cualquier sorpresa tocó zafarrancho
de combate, paró el andar de su buque y presentando su costado
de estribor, esperó a la corbeta listo para romper el fuego.
A distancia apropiada, Williams Rebolledo ordenó
cambiar el pabellón y rompió simultáneamente el fuego con toda
la artillería de estribor, el que fue respondido por la "Virgen
de Covadonga", iniciándose el combate. Los artilleros chilenos
resultaron ser mejores. La nave enemiga recibió varios impactos
en el casco y arboladura, hasta que un certero proyectil detonó
en su cañón de popa, dejando fuera de combate a los 14 hombres
que lo servían. Ante esta situación, la "Virgen de Covadonga"
trató de escapar, pero ya era tarde. La "Esmeralda" seguía sus
aguas desde muy cerca, disparando con su cañón de proa , lo que
llevó al enemigo a largar un calabrote para enredar sus hélices,
que logró ser esquivado oportunamente con rápida evolución de la
corbeta.
El Comandante Luis Fery de la "Virgen de
Covadonga",optó por rendirse y así se lo comunicó a viva voz al
Capitán de Fragata Juan Williams Rebolledo, al tiempo que
arriaba su pabellón. Sometida la goleta, Williams mandó a Manuel
Thomson Portomariño a tomar posesión de ella, llevando
tripulación chilena para amarinarla. Ya a bordo, Fery cedió el
mando a Thomson, quien dispuso revisar las válvulas de fondo,
por si se hubiera ordenado abrirlas. Efectivamente, ya había
cuatro pies de agua en las bodegas y en el departamento de
calderas el nivel casi llegaba a los fogones.
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